Pruebas de laboratorio han demostrado que la remoción periódica de sedimentos restaura la eficiencia y reduce el desgaste interno del motor.
Al eliminar los elementos que producen el desgaste del motor, se reestablece la eficiencia de su funcionamiento provocando ahorro significativo en combustible.
Sin residuos en el sistema, el funcionamiento del motor desarrolla un mayor caballaje tal y como se pretendió para cada motor.
Esto se debe al mejoramiento en la circulación del aceite y a la reducción de la fricción interna del motor.
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